Afortunadamente, hay una curva de aprendizaje en constante progreso sobre la comprensión de las manifestaciones clínicas y la patología de la enfermedad COVID-19. Uno de los objetivos es identificar el mejor diagnóstico temprano, para permitir un tratamiento rápido de la enfermedad y así mejorar la tasa de curados y por consiguiente reducir la tasa de mortalidad.
Además del reconocimiento de los síntomas clínicos, se recomienda el uso de la RT-PCR para la detección de los ácidos nucleicos del coronavirus con el fin de diagnosticar a los pacientes infectados. Los anticuerpos IgM específicos del coronavirus se detectan entre 3 y 5 días después de su aparición. Mientras que los anticuerpos IgG se cuadriplican durante la convalecencia en comparación con la fase aguda.
Hasta ahora, la mayoría de los pacientes tienen un buen pronóstico y solo un pequeño número de pacientes se enferma gravemente. Sin embargo, la situación actual muestra que el pronóstico para los ancianos y los pacientes con enfermedades crónicas subyacentes es desalentador.
Por lo tanto, es muy importante identificar los mejores parámetros de diagnóstico que pueden ayudar a identificar a aquellos pacientes que tienen más riesgo de verse afectados por COVID-19. Algunos hallazgos generales de laboratorio pueden deducirse de la continua acumulación de experiencia en el diagnóstico. Las observaciones durante las primeras etapas de la enfermedad se especifican en la tabla 1 que aparece a continuación.
Tabla 1: Pruebas de laboratorio para la estadificación y el seguimiento diario recomendado de la enfermedad COVID-19.HUMAN cuenta con muchos de estos parámetros para ayudar a los médicos a diagnosticar linfopenia, leucocitosis u otras anomalías de laboratorio en pacientes con progresión desfavorable de infección por coronavirus. A continuación se detalla el algoritmo del manejo de la enfermedad.
Excelente información.