El Paludismo también conocido como Malaria, es causado por la transmisión de parásitos del género Plasmodium durante la picadura del mosquito hembra infectado del género Anopheles.
En el ciclo del Plasmodium, el hombre es un huésped intermediario y el mosquito un huésped definitivo. La forma infectiva del parásito es el esporozoito que se encuentra alojado en las glándulas salivales del mosquito Anopheles. El ciclo se resume así: tras la picadura del mosquito entra el parásito a la sangre, luego al hígado y nuevamente a la sangre en donde se multiplica. El ciclo termina cuando un mosquito pica a un humano infectado anteriormente.
Ciclo biológico de la malaria
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Las especies de Plasmodium capaces de infectar son 5, entre ellas P. malariae, P. ovale, P. knowlesi, P. falciparum y P. vivax; siendo estas dos últimas las más peligrosas.
Una persona infectada presenta síntomas generales de enfermedades virales como los son: fiebre de leve a intermitente, dolor de cabeza, dolor muscular, escalofríos, vómitos y síntomas gripales. Estos síntomas suelen aparecer entre 10 y 15 días tras la picadura del mosquito. Si no se trata el paludismo causado por P. falciparum en las primeras 24 horas puede causar la muerte. En niños con paludismo grave se puede manifestar anemia grave, sufrimiento respiratorio asociado con acidosis metabólica o paludismo cerebral. En adultos también es común la afección multiorgánica.
El 50% de la población mundial está a riesgo de contraer paludismo. La mayoría de los casos se registran en África subsahariana, pero la OMS también reporta a riesgo Asia Sudoriental, el Mediterráneo Oriental, el pacífico Occidental y las Américas.
Los grupos de población con más riesgo son: los lactantes, niños menores de 5 años, embarazadas, paciente con VIH/SIDA, emigrantes no inmunes y viajeros. Los niños menores de 5 años son los más vulnerables representando el 67% de las muertes por paludismo según informe de la OMS en 2018.
Para diagnosticar la enfermedad el médico hace un examen físico en el cual puede encontrar hepatomegalia y esplenomegalia; a parte del cuadro de síntomas antes descritos y para apoyarse deberá conocer la historia clínica y mandar a realizar un frote de gota gruesa con intervalos de 6 y 12 horas, así como la prueba de antígenos y/o una prueba de detección de ADN de Plasmodium.
El diagnóstico y tratamiento precoz pueden atenuar la enfermedad, ayudar a reducir su transmisión y evitar la muerte.
El tratamiento requiere hospitalización. El fármaco de elección es cloroquina. Sin embargo, el parásito puede ser resistente y el paciente requerirá otros tratamientos.
En Corporación Analyticos, S.A. contamos con reactivos de alta calidad que brindan el soporte adecuado al diagnóstico de Malaria estos son:
- Hexagon Malaria: prueba rápida cualitativa para la diferenciación de falciparum de otras especies de Plasmodium (P. vivax, P. ovale) en sangre total humana.
- Malaria LAMP: que es un sistema de detección de ADEN fácil, de alta sensibilidad, con un límite de detección de 1 parásito/μ Utiliza reactivos secos, lo cual lo hace ideal para áreas remotas. Es respetuoso con el paciente puesto que solo necesita entre 30 y 60 μl de sangre completa. Emite un resultado diferencial, diferenciando entre P. falciparum, P. vivax y P. pan. Este método es reconocido, ha sido enumerado en el resumen de evidencias para políticas de la OMS sobre el diagnóstico de Malaria.
Malaria en cifras